LA MATANZA DE BADAJOZ
El 14 de agosto se cumplen 76 años de lo
que conocemos como (La matanza de Badajoz). Un terrible hecho que
desoló tierras extremeñas durante el caluroso verano de 1.936.
La dictadura lo maquilló, ya que
ocultarlo era poco más que imposible, el propio Gral. Yagüe al mando de
las tropas principalmente compuestas por moros y legionarios, lo
reconoció en unas palabras al periodista John T. Whitaker, del New York Herald Tribune, cuando éste le preguntó si era verdad lo que se contaba sobre la matanza: "Por supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba usted? ¿Que iba a llevar 4000 prisioneros rojos conmigo,
teniendo mi columna que avanzar contrarreloj? ¿O iba a soltarlos en la
retaguardia y dejar que Badajoz fuera roja otra vez?".
El Gral. Yagüe después de este
acontecimiento fue conocido como (El carnicero de Badajoz). Ésta no
fue la única declaración que Yagüe vertió a la prensa
internacional. El periodista portugués Mario Neves (Diario Lisboa) le
preguntó:
-"Se dice que
más de dos mil personas han sido fusiladas ya en Badajoz".
A lo que el Carnicero respondió: - “No
deben ser tantos”.
La historia de la matanza.
La columna de la que estaba al mando, el
por entonces teniente coronel, Juan Yagüe subía desde Andalucía con
destino Madrid, entró en Extremadura por los pueblos del sur (Los
Pedroches) Según avanzaban las tropas sublevadas a Badajoz iban dejando
un reguero de sangre, muerte, violaciones, mutilaciones y un terror que
caló en los habitantes de esos pueblos.
El día 13 de agosto: La ciudad se quedó sin suministro eléctrico y rodeada por las tropas sublevadas. La Guardia Civil traicionó la legalidad y desde dentro atacó a los milicianos y militares que defendían la ciudad que se encontraban por todo el perímetro de la muralla.
El día 14 de agosto: Fue el día
decisivo para la toma de badajoz por parte de los facciosos, cuando sus
tropas pudieron cruzar las murallas de la ciudad defendidas por cerca
de 3000 milicianos, no muy bien armados y una tropa de 500 soldados al
mando del coronel Ildefonso Puigdendolas.
La ciudad previamente había sido objetivo de la aviación fascista,
mermando mucho las posibilidades del ejercito fiel a la República. Ya en
la ciudad la lucha fue cuerpo a cuerpo. Con los moros armados hasta
los dientes, fueron asesinado a todas las personas que se cruzaban por
su camino. Por las calles quedaron cuerpos de mujeres, hombres y niños. Hasta que finalmente antes de acabar el día las tropas sublevadas se hicieron con la ciudad.
El día 15 de agosto:
Siguió la matanza hasta el anochecer. Los republicanos que huyeron por
la frontera de Portugal fueron detenidos y entregados a los fascistas
españoles, condenando sus vidas a una muerte segura, como así fue pocas
horas después.
Tras la batalla.
El propio Yagüe dio la
orden de confinar a todos los prisioneros y prisioneras en la plaza de
toros y colocó unos focos en la misma para alumbrar el ruedo y las
gradas. En la primera noche, la del 14 al 15 de agosto, se produjeron
cerca de 1800 asesinatos en la plaza, sin juicio, sin posibilidad de
defensa, se ejecutó a mujeres y hombres la mayoría de ellos civiles que
de una forma u otra habían sido leales a la república. La cifra final
más ajustada según los investigadores más prestigiosos, ronda los 4000
asesinatos durante los 2 días que duró esta cruel pesadilla.
Para cometer tan cruel matanza el Carnicero de Badajoz colocó ametralladoras en la parte alta de las gradas y desde allí y de forma indiscriminada eran ametrallados en grupos los prisioneros. También participó de esta masacre la Guardia Civil y los falangistas de la ciudad, que previamente delataron a sus vecinos sospechosos de ser leales a la República para que fueran arrestados.
Los camiones entraban en
la plaza y obligaban a los confinados que quedaban vivos a subir los
cuerpos, la cantidad de cuerpos era tal que, los cadáveres se colocaban
en vertical para ocupar menos espacio. Hubo conductores que declararon
dar en una sola jornada más de 6 viajes, con cerca de 50 cuerpos por
viaje que, eran llevados al cementerio de la ciudad para ser quemados.
También se cuenta que a
este macabro acontecimiento estaban invitados los terratenientes y
señoritos de la capital, que ocuparon la zona más alta de la plaza para
presenciar la masacre. Este punto es polémico y al no haber ningún tipo
de registro es de difícil comprobación. Teniendo en cuenta que los
terratenientes, con la nueva ley de reforma agraria que en breve se iba a
aprobar en el parlamento, perdían sus tierras para pasar a ser
propiedad de los que la trabajaban, no es muy difícil entender el odio
el que los señoritos tenían hacía esos trabajadores, por lo que alguno
pudiera aceptar la invitación que se le hizo.
Según el censo del año 1930, publicado en el anuario de 1936 Badajoz tenía una población de 43.726 por lo que se estima que la matanza de Yagüe acabó con cerca del 10% de la población.

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